16 mar 2016

Porqué cuando queremos conseguir algo, al mismo tiempo nos da miedo? Nos da miedo que nos vuelvan a romper en pedazos? O nos da miedo que salga bien? Nos da miedo arriesgarnos, nos da...nos da miedo intentar vivir? porque si no lo intentas por miedo... No te quedará siempre la duda? Una vez escuché algo sobre las gallinas y el cerdo. Un plato de huevos fritos con bacon. La gallina da los huevos, pero el cerdo se entrega por completo. Es una metáfora un poco rara, pero quizás por eso se me quedó en la cabeza. A veces no nos fiamos de nosotros mismos, nos han hecho daño, hemos sufrido y tenemos miedo. Somos un cúmulo de recuerdos y circunstancias, y todos, en distintos grados, hemos pasado por cosas que quisiéramos borrar de nuestros cerebros, algunas cosas inevitables, y otras evitables. Pero no podemos cambiar el pasado, y no podemos refugiarnos en el, no podemos refugiarnos en las malas experiencias para no dar un paso adelante. Nos da miedo que las cosas cambien, los humanos buscamos nuestras zonas de confort para no movernos. Pero, cuando damos el paso, cuando dejamos de lado nuestra zona de confort, puedes encontrar el infierno, o puedes encontrar el sitio más maravilloso que jamás hubieras soñado. Al fin y al cabo, la mayoría nos fabricamos nuestros infiernos interiormente. Y si al arriesgarte, pudieras liberar demonios y aplacar ese fuego, no te arriesgarías?
A veces queremos que nos toque la lotería sin jugar nunca.

6 mar 2016

¿Que te ha pasado? Tu antes no eras así, siempre ponías a los demás por encima, y ahora, ese comportamiento egoísta, ¿a que viene?
Aunque quizás inconscientemente no era un acto de egoísmo, simplemente caíste en la costumbre, y aunque en el fondo sabías la verdad, te dejaste manipular por esos miedos internos. Y te salió el más puro egoísmo.
Y al haberte saltado esa fiera, y haberla mostrado, el dolor de nuevo se acentúa, porque sabes que haces daño, porque por un momento, y aunque sea solo en tu cabeza, has tenido un miedo infundado. Un miedo egoísta.  Entérate, no eres lo que más importas en el mundo, y sé que no pretendes serlo, pero chica... espabila, porque por tonterías sin fundamento, puedes perder lo que más quieres.

5 mar 2016

La ultima clase del viernes, era la clase de religión, y por aquel entonces, María era la única en su clase (y casi en su colegio) que no daba religión, así que los viernes a ultima hora la metían en la biblioteca y que devorara libros, y ella así lo hacía. Aquel día se topó con un libro que no volvió a leer en su vida, y que quizás a día de hoy ya ni se acuerde de que iba el libro, trataba sobre  una especie de viaje a Narnia, pero sin armarios, sin nieve y sin una guerra que separase a la familia.
El timbre que anunciaba el fin del día y el comienzo del fin de semana, sacó a María de su libro, que pidió permiso para terminarlo en casa, y la bibliotecaria, tan asidua a verla por allí y pidiéndoselo con aquella sonrisa, no pudo decirle que no.
-Muy bien chiqui, pero el lunes lo quiero aquí.
-Gracias Dulce, eres la mejor!- y tras un sonoro beso a la bibliotecaria, salió corriendo hacia la puerta, donde, por sorpresa, se encontró a su abuelo.

-Abu, que haces aquí!?- La niña corrió a sus brazos, y su abuelo, al vuelo la levantó.
-¿Que llevas en la mano, querida, un libro?
-Si, está muy chuli, hoy tenía ética y de nuevo me llevaron a la biblioteca.- La niña agradecía no tener que tragarse una hora de religión un viernes a ultima hora, pero no entendía porque la separaban de sus compañeros de clase, ¡como si el bicho raro fuese ella!
-Bueno, seguro que así no tienes pesadillas por las noches- Su abuelo, hombre poco religioso (simplemente porque le parecía una tontería), no le daba mayor importancia, prefería ver a su nieta rodeada de libros que de biblias. -Mira, ahí está tu primo, hoy te lleva él a clases, vale? Yo tengo que ir al médico con la abuela.
María adoraba a su primo Rafa, de igual nombre que su abuelo y con aquella mirada también extraña y que le llenaba de confianza.
-Rafa, que bien, me llevarás en la moto?
-Muy chula eres tu para lo enana que eres. Vamos, dame la mano que vamos a cruzar.
Después de comer los abuelos se dirigieron al centro de salud, y los primos, se quedaron reposando la comida mientras llegaba la clase de piano y luego la de ballet.
-Primo, vamos a tocar la guitarra, porfi... - María sabe que su primo, 11 años mayor que ella, no podía decirle que no cuando le insistía y le miraba con carita de cordero degollado.
- Chiqui, no me dejas ni descansar...Está bien, pero sólo porque eres tú...

En cuanto sonaron los acordes de "maldito duende", la sonrisa se hizo más que evidente en su rostro, y a gritos, cantaron varias canciones mientras la risa les dejaba. Eran tiempos felices.

-Ahí va chiqui, que se nos hace tarde y tengo que llevarte a piano, vamos que como llegues tarde por mi culpa, me matan- Se pusieron manos a la obra, y en un minuto estaban sentados en la moto.
-Agárrate bien, que nos vamos!- Y con cuidado, fueron camino al conservatorio.
Casi llegaron a la hora justa, María le insistió para que se quedara, pero Rafa le dijo que tenía cosas que hacer, que cuando saliera de ballet, estaría ahí para recogerla.
Después de hora y media de piano y una hora de ballet, la tarde del viernes llegaba a su fin, y conforme se iba acercando a la puerta, María tenia la sensación de que su primo se había olvidado de ella y no estaría para recogerla.
Pero esta vez se equivocó, sonriente y con el caso naranja para María en la mano, saludó a su pequeña prima -Ey chiqui, aquí!- Y la niña corrió a brazos de su primo. Siempre había sido una niña muy cariñosa.
-Mira, he repintado el caso en naranja, como a ti te gusta, y te he traído un colgante!-
Sacó del bolsillo de la chaqueta una bolsita, con una cadenita fina de plata, y un colgante con una H en representación de Heroes.
- Sé que siempre voy a estar contigo, pero cuando no pueda, mira el colgante, acuérdate de que tengo eso mismo tatuado en el brazo, y así estaremos conectados. Vale?- Le contaba mientras se montaban en la moto.
- Vale...- dijo la niña, un tanto aturdida pues no entendía bien esas palabras- pero agárrame fuerte, y no me sueltes.
-¿Porqué no me agarras tu mejor?
-Porque yo aún soy pequeña, si te agarro, por cualquier cosa me puedo asustar y soltarme, y salir corriendo. Tu sé que pase lo que pase, aunque me asuste, no me soltarás. Por eso prefiero que me agarres tú.
Su primo, tierno ante esa actitud de la niña, se bajó, alzó a la pequeña en sus brazos, y le dio un gran beso en la frente. Acto seguido, con el dedo indice de la mano izquierda, rozó su nariz mientras le decia "Nunca te voy a abandonar, pequeña. Estaré siempre contigo, ocurra lo que ocurra".

4 feb 2016

Como María tenia su nunca jamás particular lo tenía lejos, su otra escapatoria era la playa. Cuando visualizó la playa, aún lo echó más de menos.
Siguió andando hasta que el sol le acarició la piel. Allí se sentó en la arena, había música de fondo y la marea estaba subiendo, sólo podría estar mejor a su lado.
Sus dedos inconscientemente, empezaron a dibujar y a escribir en la arena, mientras su mente, divertida, soñaba ... "Será como tu soñabas...".
Últimamente tenía una sonrisa constante, porque aunque todo se deshiciera, con unas simples palabras suyas, volvía a sonreír.
O con ver una puta galleta.
Eran cosas que adoraba aunque a veces no entendía muy bien que le sucedía, quizás porque nunca había pasado por ello, y se sentía cada vez más cómoda y más feliz.
Y así, cuando miró de nuevo a la arena porque el sol ya empezaba a caer, sus dedos dibujaron la verdad. Lo quería. Era así de simple. Estaba enamorada.
Y le daban ganas de gritarlo.

11 ene 2016

Fuego en las venas

He probado ya, labios dulces y amargos...

Seran largos nuestros pasos, si buscamos un sitio mejor...

8 ene 2016

María intentaba llevar los días con normalidad, como si dentro de ella todo estuviera bien. Y normalmente colaba a la gente de diario, sólo aquellas personas que conectaban realmente con ella, sabían lo que en realidad pasaba. 
Así que aunque trató de disimular, volvieron las voces, los llantos, la angustia, alarmas, miedos y temores. Y ya no había máscara posible para apagar el fuego. De nuevo era el momento. 
En algún momento, habían pasado 3 años. Vacíos y nulos. 


Y la vi caminar, descalza, por la orilla del mar. Como si el mar no supiese de sus dudas, ay!!!,  y como si la luna no supiese de sus amores...

4 ene 2016

A & L

El sonido del agua cayendo como la lluvia se mezcla entre la tranquilidad de la noche.

Lilith está en la ducha. Millones de gotas ardientes caen y recorren todo su cuerpo. Envuelta en vapor, cierra los ojos y se pierde en su momento de tranquilidad.

Adán entra, despacio… cierra la puerta. Se acerca despacio a Lilith y se pega a ella por detrás. Comienza a besar su cuello suavemente, y dando algún mordisquito cariñoso.
El miembro de Adán empieza a crecer.
Lilith nota la erección… Apoya su cabeza en el hombro de Adán y cerrando los ojos, respira hondo… Si piel tiene una respuesta inmediata erizándose al entrar en contacto con la de Adán. Se gira, despacio, buscando los labios de Adán.
Él alarga su mano, y con los dedos empapados comienza a masturbar a Lilith, despacio, rozándole de arriba abajo mientras le besa… resbalando sus labios por su piel mojada. Ella acaricia sus caderas mientras se pega más a él… le devuelve los besos por el cuello…
Mientras el agua cae por sus cuerpos desnudos, Adán se agacha, y sin dudarlo, le comienza a comer el coño a Lilith lamiéndolo suavemente. Su lengua se mueve de arriba abajo, metiéndola bien adentro de vez en cuando.
Ella apoya sus manos en los hombros de él, agarrándolos fuerte… Su respiración se acelera… Es tanta la sensación que sus  piernas tiemblan de vez en cuando… Acaricia suave a Adán, por el cuello… y le agarra del pelo apretando más contra su sexo.

- L: Me encanta cómo me lo comes…

Adán apoya a Lilith en la esquina de la pared de la ducha. El agua cae por su pelo en cascada, acariciando sus pechos. La mira desde abajo…

- A: Quiero que me mires mientras te lamo tu coño… me pone malísimo comértelo…
- L: Sabes que me da vergüenza mirarte…
- A: Lo sé, pero me encanta lo cachonda que te pones cuando te lo como…
- L: Me pones demasiado… Y también quiero comerte… Y aquí, así, no puedo…

Adán se levanta y se dirige a su cuello… le muerde y le besa… baja hasta sus pezones y los lame ansioso, con ganas. Lilith nota el suave roce de su lengua en sus pechos, mientras el agua les cae por encima.

- L: Me gusta tanto la sensación que siento como si me derritiera con tanto calor…

Coge le bote de jabón y se echa una gran cantidad en las manos… comienza a acariciar el cuerpo de Adán… dirigiéndose poco a poco hacia sus ingles.  Agarra su miembro y le empieza a masajear, suavemente… La mira… y le mira a él a los ojos… se acerca despacio a su boca y le besa en los labios… en la cara… hasta llegar a sus oídos, para susurrarle suavemente…

- L: Tengo ganas de sentirte dentro de mí... otra vez.
- A: Quieres mi polla dentro de tu coño?… Dímelo… - Le pide tenso y acelerado-.
- L: sí… la quiero… ahora…

Adán la saca de la ducha y coloca una toalla en el suelo. Le coge de las manos y se las pone sobre la encimera… Abre sus piernas desde atrás y mete de una vez su polla empapada dentro de ella… Poco a poco comienza a moverse cada vez más…
Lilith empieza a gemir, arqueando su espalda hacia atrás hasta encontrarse con el pecho de Adán…

- L: Me encanta sentirte…

Él la garra de las manos y se las coloca en la espalda… agarrándola… dominante… y le empieza a embestir con fuerza…

- A: Joder, tienes el coño empapado…
- L: Sabes que eso me pone mucho…

Ella busca su mirada a través del espejo… sus miradas se encuentran… ardientes… Ven como disfrutan el uno del otro…
Adán se separa de ella…

- A: Agáchate… necesito que me comas la polla… ya… ahora…

Lilith se gira y le besa apasionadamente, buscando su lengua.

- L: Vuélvemelo a pedir… Me gusta que me pidas las cosas… Me pone…

Él la besa y le pide muy cerca de su boca:
- A: Cómeme y lámeme la polla…
- L: Suave… o duro…?
- A: Duro… necesito duro contigo…

Lilith comienza a bajar suavemente mientras besa y lame el cuerpo de Adán… Cuando llega a su polla… muy dura… la coge con la mano y la comienza a lamer, sin metérsela aún dentro de su boca…

- A: Qué sientes cuando lames mi polla dura?...
- L: Que me muero de ganas de que una vez más acabes en mí… me lo des todo…
- A: esta vez no voy a dejar nada fuera de tu coño… lo voy a dejar empapadito de mi leche…
- L: Pues no sé a qué esperas…

Se mete su miembro, entero, en la boca, y empieza a chuparlo… fuerte… . Mientras con una mano le masajea los huevos, con la otra le agarra del culo, apretando, para controlar los movimientos…

- A: No aguanto más…

Adán le agarra de la mano y la lleva tirando de ella hasta la habitación. Se sienta en el bordillo de la cama y coloca a Lilith sobre él. Agarra so polla y la coloca encajada en su coño… se acerca a sus labios…

- A: Fóllame… reviéntame…

Lilith le mira a los ojos, llena de pasión y placer… Los dos están a punto de estallar en cualquier momento…

- L: Es que, me encanta hacerte sufrir…

Comienza a bajar despacio sin dejar de mirarle a los ojos… Una media sonrisa asoma por sus labios… se los muerde cuando vuelve a subir y bajar… despacio… marcando bien todo el recorrido…
Las piernas de Adán tiemblan bajo el cuerpo de Lilith, disfrutando de cada centímetro que su polla entra en el coño de Lilith…

- A: Me gustas demasiado…
- L: Yo no aguanto más…

Lilith le rodea con los brazos, pegándose a él y rodeándolo con las piernas… Empieza a moverse cada vez más rápido y fuerte… Adán gime…

- A: Córrete en mi polla… necesito notarlo…
- L: Me quiero correr contigo… Yo puedo estallar en cualquier momento…
- A: Mi leche va a salir ya… tres embestidas más de tu coño en mi pilla y me corro…

Ella sigue moviéndose con fuerza, hasta que se deja ir…

- L: Me corro…

Mientras se agarra fuerte a Adán, grita… le agarra del pelo mientras su cuerpo se tensa y relaja al mismo tiempo, perdiéndose en un inmenso placer… Adán también estalla, y comienza a llenar de semen el coño de Lilith, disfrutando de cada gota que cae dentro de ella…

El cuerpo de Lilith cae rendido sobre el de Adán. Los dos acaban recostados sobre la cama, con sus cuerpos desnudos y sudorosos, llenos de calor… hasta quedar sumidos en un profundo y placentero sueño.