8 ene 2016

María intentaba llevar los días con normalidad, como si dentro de ella todo estuviera bien. Y normalmente colaba a la gente de diario, sólo aquellas personas que conectaban realmente con ella, sabían lo que en realidad pasaba. 
Así que aunque trató de disimular, volvieron las voces, los llantos, la angustia, alarmas, miedos y temores. Y ya no había máscara posible para apagar el fuego. De nuevo era el momento. 
En algún momento, habían pasado 3 años. Vacíos y nulos. 


Y la vi caminar, descalza, por la orilla del mar. Como si el mar no supiese de sus dudas, ay!!!,  y como si la luna no supiese de sus amores...

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